lunes, 23 de noviembre de 2009

Las Lechuzas del Sol y la Luna

Noviembre 18 de 2009
(La Molina – Pachacamac – La Molina)

A poco de haber dirigido ruedas, en un tercer intento, para encontrar la esquiva Cueva Prieta; en plena ruta nos llamo la atención un letrero recién pintado del INC, que decía:


“ Zona Arqueológica, quebrada del Sol y la Luna”

... uhmmm, esto no lo había visto antes, y por que se llamara así?...



- Gerson; mira, allá arriba en el cerro; hay pinturas rupestres con un sol y una luna
- Mas parecen el Apra y el Fredemo
- En realidad parecen una luna y una estrella…
- Vamos a ver?
- Vamos! (ya ví que otra vez nos quedamos sin ir a “Descubrir” Cueva Prieta)

Bicicletas al piso y manos al cerro, en medio de las interesantes y caprichosas formaciones rocosas de la zona, trepamos hasta las pinturas rupestres que algún escatocefalo ya se preocupó en dañar con groseros grafitis de burdo contenido alienígena. (seguramente fue victima de alguna abducción y los marcianos le chuparon el cerebro)

Cuando ya nos disponíamos a retomar nuestra ruta original, suena el celular de Gerson; es Daniel, esta cerca, dice que lo esperemos para ir a Cueva Prieta… Ok, mientras llega, porque si esta cerca, no?, Gerson , solo para hacer tiempo, revienta su llanta posterior con una doble mordida contra el borde de una escalera de cemento.

Reparado el percance y vagando por el valle, mientras seguimos esperando a Daniel, observamos un sendero casi imperceptible que se interna en una quebrada… Parece interesante pero… cuando será el día que salga a pedalear y no termine trepando un cerro con la bicicleta al hombro!, en fin, mientras seguimos esperando a Daniel, que ha jurado sobre la Biblia que sí esta cerca, trepamos unos doscientos metros por la quebrada, Gerson se adelanta y… mira, una cueva!

Un calcinado cráneo canino nos da la bienvenida, metros mas allá, en la entrada de la cueva, una gran cantidad de regurgitaciones de lechuza (pequeños restos óseos de roedores) nos indican que la caverna esta habitada. Pero hay un problema; una gran roca obstruye el paso, solo hay dos maneras de ingresar (mientras esperamos a Daniel), escalándola o rampando por una estrecha rendija debajo de la mole. La foto adjunta grafica claramente cual fue nuestra elección. (Es aquí cuando inventamos la Cicloespeleologia).

Ya dentro, en la primera cámara, que es mas bien una mezanine, nos reciben una pareja de lechuzas de Campanario, Tyto Alba (“Tito” para los amigos). Y como se yo que son lechuzas y no búhos?; pues tuve que consultar con una ornitóloga (Gracias Marly!). y si son “de campanario” que hacen en una cueva?. No se, supongo que son discípulos de Diógenes o tal vez victimas de persecución política o xenofobia por parte de los gallinazos, que han invadido los pocos campanarios que quedan en Lima.

Extrañamente hallamos también un buen cabo de cuerda de alpinista, de varios metros, pendiendo del techo de la cueva, cuerda de buena manufactura, de esas que uno no dejaría abandonada por allí, pero que el moho que la cubre acredita una permanencia en el lugar equivalente a varias generaciones de lechuzas… será que no todos lo huesos que reposan en el lugar son de animales silvestres?

Hicimos algunas fotos, (mientras seguimos esperando a Daniel), nos despedimos de las lechuzas, murciélagos, vampiros, serpientes, arañas y cuanta alimaña nos contesto el saludo, a su manera, desde las obscuras profundidades de las entrañas de la montaña.

Haciendo un paréntesis en el relato (para dar tiempo a que se cumpla la profecía y llegue Daniel) notaran que no soy muy preciso en cuanto a la ubicación exacta de la cueva. Si, es intencional, hay que dejar en paz a las pobres lechuzas (Tyto Alba y señora), nosotros ya las molestamos bastante ese día, como para mandarles cuarenta curiosos a pedales la próxima semana.

Una breve sesión de DH de por medio y de nuevo en la carretera, es hora de… esperar a Daniel! Que se toma aun buenos minutos mas en aparecer…

- ya, vamos a cueva prieta?
- Daniel, ya es casi medio día, es muy tarde
- Pero es que tengo que hacer un trabajo sobre el potencial turístico…
- Vamos a Pachacamac, comemos algo y hablamos

Luego de algunas vueltas al pedal y otras al pollo a la brasa, evaluamos la situación; efectivamente es muy tarde para enrumbar a Cueva Prieta, estoy empezando a sospechar que si no la encontramos este año, va a terminar convertida en una leyenda urbana, algo así como el tesoro de Catalina Huanca. Bueno, pero Daniel tiene que hacer su trabajo sobre el potencial… uhmmm… se me ocurre algo:

- Vamos a buscar el Manantial de la Juventud!, esta cerca, conozco la ruta, aunque nunca he ido al manantial (se nota?) .
- Además –
añadió Gerson - le prestamos a Daniel las fotos de las pinturas rupestres, las lechuzas y listo; ya aprobó!

Tras explorar algunas rutas y transgredir un monasterio a fuerza de pedal, llegamos al cerro Pan de Azúcar. El paso al manantial cerrado a primera intención, pero abierto a segunda insistencia, nos franquea el camino a una ruta pedregosa que circundando el cerro nos lleva a los pies de “La Roca de los Enamorados”… si, otra vez a trepar el cerro con la bicicleta al hombro, creo voy a formar un nuevo grupo de ciclismo; “cargatucleta.com”

Un par de chicas estudiantes de turismo nos siguen en la trepada, Daniel se olvida de su trabajo y se ofrece de anfitrión, instructor de ciclismo, cicerone, guía de alta montaña, auxilio mecánico, narrador de cuentos y lo que se ofrezca, finalmente, y no sin mucho esfuerzo, consigue los nombres, teléfonos, email y hasta DNI de las chicas.

Con el manantial de la juventud todavía en la lista de pendientes; proseguimos pedaleando en modo anfibio, a contracorriente, entre cañaverales, por el cauce de un canal de regadío que si trae agua, agua supuestamente del manantial. Aquí es donde pinché un llanta y descubrí que no solo esta tenia hueco; también mi mochila lucia una perforación, una lo suficientemente grande para dejar escapar mi celular… mi celular! tamare!. Como ya dije y advertí por otros conductos; si alguien recibe alguna llamada de una lechuza a media noche… no se asusten, solo pregúntenle por favor si aun tengo saldo.

En cuanto a la fuente de la juventud, pues… si es que le renueva la vitalidad a alguien; será al los mosquitos que la habitan, de eso puedo dar fe.

Ya pasadas las 5:00 p.m. iniciamos el ascenso del serpentín de Cieneguilla; Gerson, en un acto de fría y calculada revancha por los pasados sucesos de Chosica, nos sorprende y lo trepa en 40 minutos sin poner pie en el suelo… a Daniel y a mi nos tomo un poquito mas de tiempo… solo un poquito mas….




Ver video de la jornada AQUI (Cortesia de keniro.com)






Texto y Fotos: © Carlos García Granthon
Todos los derechos reservados

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