lunes, 17 de agosto de 2009

Pucará, otros destinos y mas allá

Agosto 16 de 2009
(La Molina – Pachacamac – Pueblo Viejo – Pucara – El manzano - El Prado - El Cardal – Manchay – La Molina)




Las 7:00 a.m. en Musa y no hay señales de Gerson, tampoco contesta su celular… uhmmm…15 minutos de tolerancia es mas que suficiente, además Menandro, que no va con nosotros pero que si llego puntual (se entiende?, no?), me acompaña muy gentilmente hasta la cumbre de Manchay (Gracias Menandro!); cumbre en donde él se despide y yo debía encontrarme con Rodrigo, que luego de otro cuarto de hora… tampoco llego!.

Con media hora de retrasos acumulados y a pesar de la persistente lluvia y su consecuente barro, apuro imprudentemente el paso por las pampas de Manchay para llegar, mojado y medio hipotérmico, pero puntual, a Pachacamac, donde había acordado encontrarme con el grupo de Inka Riders a las 8:15 en la plaza de armas…uhmm… las 8:20… 8:25… 8:30… y ni siquiera un mensajito en el celular por simple cortesía gremial, Tamare! Creo que la palabra “Puntualidad” deberia erradicarse de la lengua castellana, total; ya nadie recuerda su significado!

Otra vez solo sobre mi monoplaza, voy rodando por el Santuario del Amancay sin mayor novedad, tomo el desvío a Pueblo viejo y, ya a media cuesta, noto que la niebla esta muy cerrada, casi ni se ven las ruinas. Al llegar al abra de las lomas de Pucara, la niebla no permite ver nada y el descenso, hacia el otro lado, esta bastante resbaloso… ni modo, si ya llegue hasta aquí… a seguir!; enfilo ruedas y pedales sobre el jabonoso barro de la trocha cuesta abajo, y me adentro en ese limbo blanco de nieblas bajas, esperando que… que la niebla no tenga “pepa”!; y termine yo empotrado en alguna gran roca que no se ve..

He descendido unos 500 mts., y aun no distingo nada, pero escucho balidos y voces a mi alrededor; poco mas allá se despeja la visión, estoy por debajo del banco de niebla, y frente a mi hay unos pastores y una manada de cabritos, pastando en medio de las amplias praderas de la quebrada de Pucara. Un poco más alla encuentro el desvío a la izquierda, el que buscaba para ir a Cueva Prieta.

Con Cueva Prieta en mente, voy ascendiendo por esta quebrada con rumbo Este, el paisaje es agradable, pero, conforme asciendo, me voy sumergiendo nuevamente en la niebla y… no veo nada, diablos!; no encuentro la lomita detrás de la cual esta el sendero que supuestamente me conduce a la zona de acantilados… ni modo, a maldecir, a arrugar y a dar media vuelta (en ese estricto orden).

Deshaciendo todo lo andado, voy nuevamente entre la niebla; atrás quedaron las praderas y los cabritos.

Casi coronando el abra de las lomas, y a punto de retornar al Santuario, veo una sombra, que se me aproxima en sentido contrario y sobre un vehiculo de propulsión humana … será el ciclista fantasma de Manchay? Si, ese que sale de madrugada en pijama blanca a comprar el pan?... no, la silueta es conocida… ah, es Arturo!. El y Gerson han venido siguiendo mis rastros desde Musa (Lo que les valió un tamal gratis en Pachacamac, pero eso es otra historia) y ahora en medio de la niebla venían siguiendo mis huellas en el fango (afortunadamente no pasan muchos ciclistas por aquí) luego de haber dejado, atrás en pueblo viejo, al grupo de Inka Riders.

Con la ruta trunca y algo frustrados; vamos dejando el valle y sus encantos. Cierta congestión en el “transito” propiciada por un ato de vacas en la ruta, nos recuerda que pronto estaremos pedaleando nuevamente en trafico carretero, entre combis.

Al salir del Santuario, ya sobre el medio día, nos encontramos con el grupo de MTB Riders, que recién llegaba con rumbo a Pueblo Viejo y otros destinos.



Cabizbajos e insatisfechos, mientras íbamos pedaleando por el Manzano; Gerson tuvo la buena idea de ir a explorar un poquito por las lomas. Ese “poquito” se convirtió en una ruta no programada de más de tres horas por los circuitos de Dawn Hill, cumbres y senderos de la zona.

Luego de transgredir los limites de una competencia en El Prado, ser blanco potencial y/o accidental de algunos disparos de arma de fuego, compañía ocasional de una gran águila costeña, exploradores de acequia (desde dentro), bañistas involuntarios vespertinos en las heladas aguas del río, parchadores de llanta en las cumbres y otras anécdotas mas, que han quedado registradas en un video © Keniro.com (ver video aqui), y que seguramente pronto se publicara; nos despedimos hambrientos con la puesta del sol, bastante satisfechos de la jornada.

Definitivamente “Cueva Prieta” es un destino que sigue quedando en la lista de “Pendientes”. Demasiada niebla para encontrarla en invierno y demasiado calor para buscarla en verano.



Texto y Fotos: © Carlos García Granthon
Todos los derechos reservados

miércoles, 5 de agosto de 2009

Pueblo Viejo II



Agosto 02 de 2009
(La Molina – Pachacamac – Pueblo Viejo – Cieneguilla – La Molina)




Tenía que regresar; el lugar se merecía al menos un par de fotos mas (Para ver las fotos, haga click aquí), así que con Menandro y Fernando me puse a girar los pedales con rumbo, nuevamente, a Pueblo Viejo.

Sin tiempo para explicaciones sobre ángulo de la iluminación, rasante y texturas; apuré el paso para no desperdiciar la luz matutina; ya en el santuario, y mientras esperamos a Lucho; amigo y fotógrafo en vías de cicloconversión, nos pusimos a jugar con una serpiente que nos sale al paso, y cuyo mal genio sobrepasa en largo su pequeño tamaño; creo que es un diminuto Jergón de la Costa; si, es uno de esos ofidios venenosos el que Menandro persigue para fotografiar, mientras que el rastrero reptil me persigue a mi por haberlo ya fotografiado. Mejor no molesto mas al diminuto demonio, que me sigue señalando insistentemente con su viperina lengua; una cosa es que lo muerda a uno un perro de vez en cuando, pero… una serpiente!… no, eso ya es otro precio!... o será que solo quería clavarme sus colmillos para llenar el tanque?


Ahora si, los cuatro reunidos trepamos hasta las ruinas; a pesar de que es la segunda vez que vengo, me siguen pareciendo muy impresionantes, y si bien ya no hay tanta niebla hoy, el suelo esta muy resbaloso; dos caídas de mi parte así lo atestiguan. Tal vez debí encomendarme a… los ciclistas tendrán alguna santa patrona?... será Santa “Catalina”?

El sol ha salido y, muy cerca ya del cenit, sus casi verticales rayos no ayudan mucho para las fotos. Pero se hace lo que se puede, mientras recorremos con detenimiento todo el lugar, ante la vigilante y acusadora mirada de una ofuscada lechuza.
Terminada la sesión grafica, volvimos a Pachacamac para darle curso a un buen plato de pollo a la parrilla, y emprender el retorno vía Cieneguilla y consiguiente trepada del serpentín. Rato después y una vez coronada la cumbre, nos despedimos; yo con pocas fotos y muchos chirridos en mi monoplaza y Menandro con mas fotos y menos rayos en su bicicleta.

Creo que esta segunda y ultima excursión a Pueblo Viejo cierra esa ruta, al menos por esta temporada, aunque… faltaría visitar Cueva Prieta… uhmmm…

Texto y Fotos: © Carlos García Granthon
Todos los derechos reservados